Tema 1 Barreras económicas

Para muchas personas, una barrera significativa es el coste que supone una alimentación saludable. 

Los alimentos con una alta densidad nutricional, como las frutas y verduras, suelen asociarse con un coste por caloría más elevado que los cereales refinados y los alimentos con azúcar agregado. Además, el tiempo adicional que se requiere para preparar y cocinar comidas saludables constituye otra barrera para los individuos con poco tiempo y dinero. Una alimentación saludable, una dieta basada en plantas, y el mantener un peso adecuado pueden ser difícilmente alcanzables para individuos y familias con presupuestos alimentarios muy limitados.

Para algunos individuos, puede ser un obstáculo adicional la inversión en los utensilios de cocina necesarios o el acceso a una cocina. Sin embargo, aún los individuos que cuentan con un presupuesto modesto pueden seguir los principios de la medicina culinaria si saben cómo cocinar, planificar una comida y tiene acceso a una cocina.

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A la hora de asesorar a personas sobre cómo adoptar una dieta más saludable, es preciso ser consciente de qué las barreras económicas pueden contribuir a una menor consumo de alimentos saludables. Una paso clave en este caso es reconocer el coste como una barrera a la alimentación saludable y abordar las inquietudes y limitaciones propias de cada individuo a la hora de introducir la práctica de la medicina culinaria. Cuando se trabaja con limitaciones del orden económico, es particularmente útil pensar el cambio de conducta alimentaria como un espectro de cambios hacia una dieta saludable. Esto permite tomar en cuenta las dificultades que pueden tener los individuos con el cambio de alimentación, e incentiva todos los cambios, aún los más pequeños, considerándolos positivos y beneficiosos.

Cómo comer saludable con un presupuesto limitado:

Evitar la compra de alimentos preparados

Los alimentos saludables pueden ser económicos cuando se compran en su forma no preparada. La factura final aumenta mucho cuando se compran alimentos preparados o parcialmente preparados de antemano.

Aprender a cocinar y hacerlo a menudo

Encontrar el tiempo para aprender las destrezas necesarias en la cocina. Cuanto más se cocina, más saludable suele ser la comida y menos dinero suele costar.

Comprar al por mayor y comprar solamente lo que se necesita

Muchos productos básicos de la despensa, como granos, legumbres, nueces, y semillas, pueden ser adquiridos al por mayor en almacenes y supermercados. En estos casos, los productos suelen tener un menor costo que cuando ya están empaquetados. En cuanto a productos frescos, comprarlos al por mayor solamente si puede consumir la cantidad comprada - consumiéndolo en forma cruda o bien congelándolo - antes de que se eche a perder.

Evitar el desperdicio de comida

Saber de qué alimentos frescos se dispone y planificar los menus de forma acorde a ello, o bien congelarlos.

Transformar el acto de cocinar en una actividad social y familiarizarse con la preparación anticipada de comidas

La falta de tiempo para el ocio es una barrera clave para la alimentación saludable. Por eso, es una buena idea hacer del acto de cocinar una actividad familiar, en la cual todos pueden participar. Hace de la cocina algo más atractivo para los que consideran que cocinar lleva mucho tiempo y que no cabe en su agenda. De la misma manera, organizarse para preparar de manera eficiente varias comidas a la vez y así tenerlas preparadas por adelantado, puede hacer más atractivo la cocina para los que no tienen tiempo en forma diaria para cocinar.

Comprar productos de temporada y buscar descuentos

Son excelentes estrategias para ahorrar dinero en las compras. En ese sentido, los productos con fecha de vencimiento cercana suelen tener los mayores descuentos.

Ir a un mercado cerca de la hora de cierre

Se pueden negociar descuentos sustanciosos con los comerciantes ya que estos suelen preferir no volver a su casa con la mercancía una vez terminado el día.

Evitar frutas y verduras enlatadas

Si un individuo cuenta con un congelador, suele ser más económico comprar verduras congeladas que verduras enlatadas. Las verduras congeladas también tiene mejor sabor y no suelen tener azúcar, sal o químicos provenientes de sus envases. Si compra comida enlatada, procure evitar las conservas que contienen jarabes o contenidos altos de sal.

Evitar las calorías vacías

como el pan blanco, las tortas, las galletas, y otros productos ultraprocesados llenos de harina refinada y azúcares agregados, ya que contribuyen a los antojos alimentarios y tienen un valor nutricional limitado.

Prepare su propio caldo

en base a sobras de verduras.

Saber para qué alimentos importa comprar ecológico

Los productos frescos no siempre tienen que ser ecológicos para ser saludable. Siempre es mejor incluir productos saludables a la dieta que no incluir ninguno.

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